16 feb 2008

Bienvenidos

Para obtener las mejores calificaciones no necesitas ser un genio, ni el “cerebrito” del salón, tampoco necesitas pasarte las 24 horas del día estudiando y no tienes que decir que te fascina la escuela y que te encantan las asignaturas.

Lo único que debes hacer es cambiar tus malos hábitos de estudio, reemplazándolos por hábitos buenos, aprender y poner en práctica un método para estudiar y listo.

Suena fácil, ¿verdad? En realidad no es tan sencillo, pero tampoco es tan difícil. Lo podrás hacer sólo si cuentas con los siguientes requisitos:

• El anhelo de ser mejor, de conseguir más de lo que tienes.
• Fuerza de voluntad.

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11 feb 2008

Bienvenidos

Para obtener las mejores calificaciones no necesitas ser un genio, ni el “cerebrito” del salón, tampoco necesitas pasarte las 24 horas del día estudiando y no tienes que decir que te fascina la escuela y que te encantan las asignaturas.

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Crea tu propio método

No existe un método infalible que pueda aplicarse a todos por igual con los mismos resultados.

Cada alumno aprende de diferente forma, dependiendo de su personalidad, su estado de salud, las condiciones en que vive y sus diferencias individuales.

Hay técnicas que para algunos serán excelentes pero que a otros no les darán buenos resultados. Por ejemplo, en la lectura previa algunos autores recomiendan seguir con un dedo el renglón al momento de leer; sin duda habrá alumnos que lo pondrán en práctica y sentirán que esta técnica los ayuda a concentrarse mejor en la lectura, pero también encontraremos otros tantos que preferirán leer más rápido sin necesidad de estar señalando el libro con su dedo.

El método básico de estudio es simplemente una propuesta integrada por técnicas que han comprobado ser sencillas y efectivas, pero tú deberás probar cuáles son las técnicas que realmente te funcionan y así estarás creando tu propio método para estudiar.

Método de Staton

También conocido como método PQRST o EFGHI

Este método enseña a aprovechar con más eficiencia la mente de los estudiantes, ayudándolos a lograr el máximo grado posible de aprendizaje en cada uno de los momentos que dediquen al estudio.

Las técnicas que enseña no son complejas ni pesadas, por el contrario, son sencillas y accesibles a cualquier mentalidad y aplicables a todos los campos y niveles de estudio.

Este método creado por Thomas F. Staton, se denomina, en inglés, PQRST, en donde cada letra representa la inicial de las palabras que describen la fase del método. En español, el método se denomina EFGHI.

E Examen preliminar
F Formularse preguntas
G Ganar información mediante la lectura
H Hablar para describir o exponer los temas leídos
I Investigar los conocimientos que se han adquirido


1. Examen preliminar
Para realizar el examen preliminar lee cuidadosamente el título de la obra o del capítulo que vas a estudiar, lee la introducción o prólogo, el índice de la obra, mira los dibujos, los esquemas, etc. Por último, debes dar lectura rápida a algunas páginas.


2. Formularse preguntas
El método didáctico se basa en preguntas y respuestas sumamente concretas. Nosotros mismos podemos y debemos preparar nuestro estudio con preguntas concretas. Es muy probable que obtengas brillantes resultados en tus exámenes, pues precisamente un examen es un conjunto de preguntas sobre los aspectos fundamentales de un tema.


3. Ganar información mediante la lectura
En general, hay dos formas de leer: en voz alta y en silencio. ¿Cuál de las dos es más conveniente? Depende de varios factores.

Al leer en voz alta empleamos mucho más tiempo que leyendo en voz baja. En consecuencia, si tienes todavía tiempo para la fecha de los exámenes, puedes emplear esta forma de leer. La lectura en voz alta ayuda a una mejor memorización, debido a que intervienen dos sentidos (vista y oído).

Si decides leer en silencio, debes evitar hacerlo mecánicamente. Para esto hay un método muy eficaz y sencillo a la vez: subrayar el libro. Debes subrayar sólo las ideas principales.

Teniendo en cuenta las ventajas y desventajas de leer en voz alta y en silencio, elige la forma que mejor te acomode, ya que ambas te darán la ventaja de que estarás leyendo activamente.

Quienes no leen de esta manera necesitarán leer dos, tres y hasta más veces para comprender bien y fijar las ideas centrales. Tú necesitarás sólo una buena lectura y aprenderás más y mejor que los demás.


4. Hablar para describir o exponer los temas leídos
Al terminar de leer un capitulo o un subtítulo del mismo, debes cerrar el libro y repetir los conceptos, con tus propias palabras. Si logras esto estarás comprendiendo perfectamente y haciendo tuyo el tema. Lógicamente, habrás aprendido algo bien y sin necesidad de memorizarlo.

De esta forma, con tus propias palabras, elabora un resumen, esquema o cuadro sinóptico.


5. Investigar lo aprendido
Esta etapa debe realizarse en forma oral. Es un autoexamen de lo aprendido. También puede hacerse en grupo; la manera de efectuarse es exactamente igual que en la fase anterior (H: hablar para describir o exponer los temas leídos).

Con esta etapa se pretende evitar el olvido. Realiza tu primer repaso dentro de las primeras 24 horas después de estudiar. El segundo repaso a los ocho días, y el tercero (estamos hablando de repasos básicos indispensables) en el curso del mes.


_________________________________
Referencia:
Quintanilla Paz Soldán, Fernando, El mejor método para estudiar, Ed. Universo, Lima-Perú, Primera edición, pp. 85-89.

Formulación de preguntas

Formulación de posibles preguntas de examen

El primer paso de esta técnica lo debes realizar durante el subrayado. Se trata de que aproveches la lectura del tema para identificar posibles preguntas de examen, subrayándolas con un color diferente o marcándolas con un símbolo especial.

El segundo paso lo efectuarás después de terminar tu resumen. Es entonces cuando deberás escribir cada posible pregunta de examen, con su correspondiente respuesta.

Es fácil formular preguntas de examen si conviertes los títulos y subtítulos en interrogantes tales como: ¿qué…?, ¿quién…?, ¿dónde…?, ¿cuándo…?, ¿por qué…?, ¿cómo…? Esto es exactamente lo mismo que hacen tus maestros al preparar una prueba.

Mediante la formulación de preguntas de examen podrás utilizar una estrategia final que consistirá en la auto aplicación de un examen de práctica al final de tu sesión de estudio. Este ejercicio aumentará dramáticamente tu capacidad retentiva y confianza en el día del examen. Esto no tiene nada de extraño pues, para entonces, seguramente ya habrás estudiado todas las preguntas que aparecerán en él.

Método básico reforzado

Este método es especialmente efectivo para sistemas de evaluación como el del Colegio de Bachilleres, basado en pruebas objetivas (exámenes de opción múltiple). Lo nombramos “reforzado” porque añadiremos un paso más con la técnica de formulación de preguntas.

Los cinco pasos del método reforzado son:

1. Lectura previa
2. Subrayado de las ideas principales del texto
3. Elaboración de un resumen
4. Formulación de posibles preguntas de examen
5. Repaso

Mediante la formulación de preguntas de examen podrás utilizar una estrategia final que consistirá en la auto aplicación de un examen de práctica al final de tu sesión de estudio. Este ejercicio aumentará dramáticamente tu capacidad retentiva y confianza en el día del examen. Esto no tiene nada de extraño pues, para entonces, seguramente ya habrás estudiado todas las preguntas que aparecerán en él.

Consejos para los exámenes

Uno de los mayores errores que cometen los alumnos es esperar hasta un día antes del examen para comenzar a estudiar. Entonces llegan a la evaluación cansados, con los ojos irritados por la falta de sueño y con muy pocas probabilidades de salir bien librados de la prueba. Por eso es tan importante formarse el hábito de estudiar todos los días.

Si pones en práctica un método de estudio, no deberías sentir temor por ningún examen.

De todos modos, dado que los exámenes son tan inevitables como la muerte, a continuación encontrarás una serie de consejos y sugerencias que te ayudarán a mejorar tus habilidades para presentarlos:


  • Para que tu mente pueda rendir al máximo, duerme bien la noche anterior al examen.

  • Levántate temprano y llega puntual a la escuela, seguro de tus conocimientos.

  • No creas que tu memoria va a funcionar en un 100%. Por tanto, no te desesperes si algo se te olvida.

  • Asegúrate de que comprendes perfectamente el contenido de cada pregunta, antes de pretender responderla. Si tienes dudas vuelve a leerla y si aún así no te queda clara –siempre y cuando esté permitido– pregúntale al maestro la interpretación.

  • Planea el uso del tiempo durante el examen. Para ello lee previamente todo el examen y divide tu tiempo para que puedas terminarlo.

  • Si encuentras una pregunta muy difícil, será mejor que te la saltes y sigas con las demás. Después regresa y enfócate en responderla.

  • No copies ni des la impresión de que estás utilizando “acordeones” o algún otro instrumento fraudulento.

  • Concéntrate en resolver tu examen, no el de tu amigo o amiga.

  • No te sientas mal si otros terminan antes que tú. Tampoco quieras ser el primero en terminar; los exámenes no son carreras de caballos, así que tómate tu tiempo para resolverlo, revisar tus respuestas y, si puedes, corregir los errores que hayas cometido.

  • En los exámenes objetivos de opción múltiple nunca pongas lo primero que se te ocurra. No son adivinanzas. Se supone que están hechos por especialistas y sólo una de las opciones que se te presentan es la correcta.

  • Asegúrate de contestar todas las preguntas. Si no estás seguro de alguna respuesta y te ves en la necesidad de adivinar, hazlo inteligentemente: lee cuidadosamente todas las respuestas, descarta las que sabes que no son correctas y elige entre las restantes.

  • Antes de entregar tu examen, revísalo. Asegúrate de que tu hoja de respuestas esté claramente marcada con un lapicero oscuro y borra cualquier marca de más.

Recuerda que el que saca las mejores calificaciones no es el más inteligente, sino el mejor preparado.



__________________________________
Referencias:
Marshall, Brian, Estudiantes de éxito, 2ª edición, México, Ed. Selector, 2001, pp. 57-65.
Michel, Guillermo, Aprende a aprender, guía de autoeducación, 14ª edición, México, Ed. Trillas, 2006, pp. 54-58.

7 feb 2008

Bienvenidos

Para obtener las mejores calificaciones no necesitas ser un genio, ni el “cerebrito” del salón, tampoco necesitas pasarte las 24 horas del día estudiando y no tienes que decir que te fascina la escuela y que te encantan las asignaturas.

Lo único que tienes que hacer es cambiar tus malos hábitos de estudio, reemplazándolos por hábitos buenos, aprender y poner en práctica un método para estudiar y listo.

Suena fácil, ¿verdad? En realidad no es tan sencillo, pero tampoco es tan difícil. Lo podrás hacer sólo si cuentas con los siguientes requisitos:

• El anhelo de ser mejor, de conseguir más de lo que tienes.
• Fuerza de voluntad.

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Ten siempre una actitud positiva

Miedo, desaliento y derrota son malos hábitos que deberás eliminar de tu vida. Uno de los mayores miedos que domina al ser humano es el miedo a cambiar, sobre todo aquellas cosas a las que hemos estado acostumbrados durante mucho tiempo. ¡Atrévete a cambiarlas si eso significa ser mejor! Llena tu vida de hábitos buenos y serás una persona exitosa.

El proceso no será fácil y es probable que las cosas no resulten tan sencillas como pensabas, los fracasos son parte de nuestra vida y no deben ser razón suficiente para desalentarte o sentirte derrotado. Un triunfador no es aquél que nunca cae, sino el que se levanta ante cada caída.

Recuerda esto, si crees que puedes ser un excelente alumno y sacar las mejores calificaciones, estás en lo cierto. Pero si crees que eres un incompetente y nunca podrás sacar más de ocho, también estás en lo cierto.

No lo olvides entonces, actitud positiva ¡siempre!

Estudia todos los días

Tienes que formarte el hábito de estudiar todos los días

Para que lo entiendas mejor, es mucho más fácil y efectivo estudiar 30 minutos todos los días, que esperar hasta las fechas de exámenes y pretender estudiar sin parar durante 8 o 10 horas. Por eso deberás programar dentro de tus actividades diarias un mínimo de 2 horas para estudiar.

Trata de que tanto el horario como el lugar para estudiar sea siempre el mismo. Respecto al horario, si tus clases son en el turno matutino la hora perfecta para estudiar sería después de comer y descansar un poco; si tomas clases en el turno vespertino entonces utiliza las primeras horas de la mañana (después de despertarte y desayunar bien) para estudiar.

No olvides que las actividades recreativas (ver televisión, ir al cine, visitar a la novia, etc.) siempre irán después de estudiar; así tu mente relacionará al estudio con las actividades gratificantes que realizarás después y te será muy sencillo formarte el hábito de estudiar todos los días.

En cuanto al lugar, deberás acostumbrarte a estudiar siempre ahí, será tu "templo" de estudio. No necesitas tener tu propia biblioteca en casa, bastará con encontrar un espacio en el que puedas estar libre de distracciones externas como la televisión, el teléfono, etc. Un requisito indispensable para estudiar es la concentración, por eso es tan importante alejarte lo más que puedas de las fuentes de distracción.

El lugar de estudio deberá estar ventilado y contar con buena iluminación, tratando de no tener la luz frente a tus ojos porque te cansarás más rápido la vista y estudiarás menos tiempo. También deberá contar con un escritorio o una mesa y una silla cómoda. Aquí deberás tener el material necesario para estudiar (libros, libreta de apuntes, diccionario, etc.). 

Es muy importante ser ordenados para que cuando te sientes a estudiar tengas todo tu material a la mano, así evitarás desconcentrarte por pararte a buscar el diccionario o la libreta de apuntes. Por último, ten disponible sólo el material que vas a necesitar para estudiar, eliminando de tu mesa las revistas, fotografías y demás cosas que puedan distraer tu atención.

Si eres uno de los muchos estudiantes que además de asistir a la escuela tienen que trabajar, entonces deberás modificar un poco la regla del horario y lugar para estudiar; tú mismo encontrarás la hora y el lugar idóneos (podría ser en algún espacio de tu jornada laboral o mientras viajas en el autobús), lo importante es que cumplas con el objetivo de estudiar todos los días.

Presta atención a la clase y toma apuntes

Si no prestas atención es como si no hubieras estado; esto te traerá duras consecuencias como el hecho de no entender la clase siguiente o perder demasiado tiempo intentando comprender el tema tú sólo con el libro.

En cambio, si te formas el hábito de asistir a todas tus clases, poner atención y tomar apuntes, te estarás facilitando enormemente la vida y sin duda estarás muy cerca de lograr tus objetivos. El hecho de escuchar y tomar notas hace que tu capacidad retentiva aumente hasta en un 75 por ciento.

Los apuntes son un resumen de todo lo que se dijo durante la clase. No cometas el error de intentar escribir en tu libreta cada una de las palabras que el profesor pronuncie. Más bien se trata de ir captando las ideas principales. Con la práctica irás aprendiendo y mejorando tu técnica personal para tomar apuntes y descubrirás que la mayoría de los maestros dejan pistas muy claras de las preguntas que después vienen en el examen.

Tomar buenos apuntes es como tener las respuestas del examen antes de presentarlo. Tus apuntes te indican exactamente qué estudiar. Escucharás la clase una sola vez; en cambio puedes revisar tus apuntes todas las veces que quieras. [1]

Para tomar buenos apuntes te recomiendo que te sientes en la primera fila, buscando un asiento cercano al profesor. Esto te permitirá ver y escuchar bien todo lo que diga. Me atrevería a asegurarte que con el simple hecho de sentarte adelante mejorarán tus calificaciones porque evitarás distraerte, prestarás más atención y -como ingrediente extra- causarás una buena impresión ante tus maestros.

Además, ten en cuenta estos otros consejos a la hora de tomar notas en clase:
  • Escucha atentamente a tu profesor, inclinando tu cuerpo hacia adelante. No adoptes la típica pose de "acostarte" en la silla.
  • Organiza tus notas en orden lógico. Trata de tener una libreta para cada asignatura e ir escribiendo cronológicamente las notas de cada clase. Así, cuando lleguen los exámenes tendrás un cuaderno de apuntes perfectamente organizado y será muy fácil repasar los temas incluidos.
  • Escribe con letra legible, de modo que después puedas leer y entender lo que anotaste (así no perderás el tiempo intentando traducir tus "garabatos").
  • Pregunta. Si no entiendes el tema que se está tratando en clase, no tengas pena y pregúntale al profesor hasta que te quede bien claro.
  • Asiste a todas tus clases. Si por causas de fuerza mayor faltas a una clase, habla con tu profesor y también consíguete una copia de los apuntes de alguno de tus compañeros.

[1] Marshall, Brian, Estudiantes de Éxito, Ed. Selector, p.13

Organiza tu tiempo

¡El tiempo es oro! Por lo tanto, deberás aprender a administrarlo para sacarle el máximo provecho. Planifica con anticipación todas las actividades que realices durante el día, incluyendo los momentos de recreación y descanso, así como las horas que dedicarás a estudiar después de clases.

A continuación encontrarás una tabla modelo que te podrá servir como guía para elaborar tu propio registro de actividades. Elabora este plan antes que cualquier otra cosa, pruébalo durante un par de semanas hasta que llegues a la versión definitiva que consideres te va a funcionar.

Saca varias copias de tu plan de actividades y tenlo siempre a la vista para recordarlo. Al principio no será fácil, pero no te desanimes. Si fallas un día, regresa inmediatamente a tu programa el día siguiente, así hasta que te formes el hábito de cumplirlo.

Toma en consideración los siguientes consejos a la hora de elaborar tu plan de actividades semanales:

  • Estudia las materias más difíciles cuando estés más descansado.
  • Incluye un breve tiempo de reposo entre cada asignatura de estudio (10 minutos).
  • Programa como mínimo 2 horas diarias para estudiar en casa. Sé realista y no te pongas metas inalcanzables.
  • Deja las actividades recreativas (jugar, ver televisión, ir al cine, etc.) para después del estudio. Serán como un premio al esfuerzo realizado.

Repaso

Debes repasar tus resúmenes y -en caso de estar utilizando el método básico reforzado- las posibles preguntas de examen.

Si tienes tiempo suficiente hazlo en voz alta; la lectura será más lenta, pero te ayudará a una mejor memorización debido a que serán dos los sentidos que intervengan (vista y oído).

Siempre que leamos en voz alta, hagámoslo caminando. La razón es que el movimiento general ayuda en el funcionamiento del cerebro; además, al moverse se estarán relajando los músculos de la espalda y el cuello, que son los primeros que se cansan al estudiar quietos. Hagámoslo pronunciando las palabras lo suficientemente fuerte para escucharnos, como si estuviésemos leyendo un noticiero en la televisión. Es recomendable, además, tomar el libro con una mano y gesticular con la otra, realizar mímica de lo que leemos. Esto también ayuda indudablemente a una mejor fijación de las ideas centrales.[1]

Una vez hecho todo lo anterior, explícate a ti mismo lo que acabas de leer, con tus propias palabras, en voz alta y sin ver tus notas. Si no eres capaz de hacer esto y recordar lo que acabas de estudiar, mucho menos podrás recordarlo dentro de varias semanas en el día del examen. Esta autoevaluación también puede realizarse en grupo, ya que una de las mejores maneras de arraigar el conocimiento de una cosa consiste en explicarla a los demás.

El repaso es una parte fundamental de este método. Si no volvemos a repetir y alimentar nuestra memoria, una y otra vez, corremos el riesgo de olvidarlo todo, con el simple paso del tiempo.

Por lo tanto, te sugiero que programes tus repasos de la siguiente forma: el primero dentro de las primeras 12 horas, el segundo repaso a la primera semana, el tercer repaso al mes y el último repaso antes del examen.

Aplica los pasos de este método al estudiar cada una de tus materias. Te aseguro que los buenos resultados comenzarán a darse antes de lo que te imaginas.

__________________________________________
[1] Olcese, Alfieri, Cómo estudiar con éxito, técnicas y hábitos para aprender mejor, Ed. Alfaomega, p.p. 79-80

Resumen

Utilizando el material subrayado, redacta con tus propias palabras cada tema. Es muy importante que no intentes realizar este paso antes de haber leído, comprendido y subrayado las ideas principales del texto.

Al escribirlo con tus propias palabras estarás fomentando un aprendizaje real y significativo. Evita al máximo la memorización mecánica que muchos alumnos utilizan.

Complementa el resumen con los apuntes que tomes durante las clases.

Tus resúmenes serán el único material que tendrás que repasar cuando te prepares para los exámenes. Si aprendes a realizarlos correctamente, te ahorrarás muchísimo tiempo y esfuerzo.

Subrayado

Encuentra las ideas principales

Después de la lectura previa, date un respiro y regresa al principio del capítulo o tema. Ahora vas a leer detenidamente cada párrafo.

En esta etapa el objetivo será comprender lo que el autor quiere decirte, separando la información relevante de la información poco relevante.

Si el estudiante que trata de aprender de un texto no sabe o no es capaz de separar lo esencial de lo no esencial, difícilmente puede comprender el significado del texto; en estos casos se suelen almacenar o grabar memorísticamente los datos para luego reproducirlos mecánicamente.[1]

Lo que tienes que hacer es subrayar la idea principal de cada capítulo o párrafo, incluyendo todo lo que te parezca interesante. Puedes utilizar un marcatextos (existen diversos colores llamativos) o un lapicero de color (la psicología industrial dice que el rojo es el color que más impresiona a la retina).

Utiliza diversos símbolos y utiliza el diccionario para buscar el significado de las palabras que desconozcas.

Aprovecha esta lectura para identificar posibles preguntas de examen, subráyalas y márcalas (por ejemplo, con una E). Es fácil formular preguntas de examen si conviertes los títulos y subtítulos en interrogantes tales como: ¿qué…?, ¿quién…?, ¿dónde…?, ¿cuándo…?, ¿por qué…?, ¿cómo…? Esto es exactamente lo mismo que hacen tus maestros al preparar una evaluación.

El subrayado es indispensable en todo proceso de estudio y su uso eficiente requiere cierta capacitación. Cuando algunos estudiantes empiezan a hacer prácticas de subrayado, se reflejan dos defectos: subrayan poco o subrayan mucho. Lo más recomendable es practicar, y en forma progresiva se superarán ambos defectos.[2]


__________________________________________________
[1] Beltrán, Jesús, Enciclopedia de Pedagogía, Ed. Espasa, vol. 1, p.131
[2] Olcese, Alfieri, Cómo estudiar con éxito, técnicas y hábitos para aprender mejor, Ed. Alfaomega, p.125


Lectura rápida

El objetivo de este primer paso es que obtengas una visión global del contenido del libro o capítulo que te corresponda estudiar.

Analiza rápidamente el título, portada, contraportada, índice, introducción, gráficas, figuras y cuadros.

Después de esto dale una lectura rápida a todo el capítulo, prestando especial atención al principio y al final de cada tema (la mayoría de los autores siempre exponen sus ideas principales al comienzo).

Al leer, sigue con un dedo el renglón. Esta técnica te ayuda a leer al paso que quieras. Además, descubrirás que es más fácil concentrarse cuando el cuerpo también participa.[1]

Tómalo como una fase de “calentamiento”. Lo importante será que adquieras el sentido global del tema, para que al final puedas comprender el texto en su totalidad.

_________________________________________
[1] Marshall, Brian, Estudiantes de Éxito, Ed. Selector, p.45